Imatge / Imagen: El Periódico Mediterráneo |
El pasado 20 de diciembre, el técnico del Villarreal CF B, Paco López, celebró con victoria (1-0 ante el Olot) su partido 150 en Segunda División B. De esta forma, el entrenador valenciano se consolidaba como uno de los técnicos con más experiencia acumulada en cuanto a partidos en el grupo 3 de Segunda B. Francisco José López Fernández (Silla, Valencia, 1967) vive su primera temporada en el banquillo del primer filial groguet, pero la segunda en el club de la Plana, donde aterrizó el pasado curso para sacar al Villarreal C de la zona de descenso a Preferente. Y cumplió con creces su cometido: cogió al equipo hundido en el último lugar de la tabla, con 7 puntos tras 13 jornada y lo clasificó 14º a final de temporada tras ganar 12 partidos y empatar 5 (perdió 8). Ese buen papel le valió obtener la pole como candidato a ocupar el banquillo del Villarreal B tras saber que Lluís Planagumà no continuaría; de esta forma, Paco López arrancaba su cuarta experiencia en un banquillo de Segunda B.
Su debut en la categoría de bronce tuvo lugar en una plaza siempre complicada como es Benidorm. Anteriormente, Paco López había dirigido al Juvenil del Villarreal y al Catarroja durante tres temporadas y su buen papel con el cuadro de l'Horta Sud (con la disputa de una eliminatoria de ascenso ante el Roquetas en su tercer y último año) le valió el salto al club benidormense. Como (casi) siempre, los de la Marina Baixa ambicionaron por encima de las posibilidades que ofrecía la plantilla y Paco López fue quién pagó los platos rotos allá por la jornada 30: con el equipo 12º, un empate a uno en Foietes ante la UE Lleida supuso el fin de la etapa de López en el banquillo del Benidorm. Pese al final, el técnico de Silla iniciaría al año siguiente una nueva etapa en Alcoy, que duraría más de año y medio. En el primer curso (2009-2010), clasificó al equipo para el playoff de ascenso en la última jornada, gracias a un triunfo por 0-2 en el campo del Espanyol B; ya en las eliminatorias, la SD Eibar se cruzó en el camino blanquiazul en la primera ronda, apeando a los alcoyanos con un empate sin goles en el Collao y un 2-0 en Ipurua.
Las sensaciones invitaron a la continuidad de Paco López en un segundo año que se tornó más exigente en el siempre complejo entorno alcoyanista. Había que volver a estar arriba, incluso aspirar al campeonato, pero la irregularidad del equipo a lo largo de todo el curso hizo que la continuidad de López estuviese en entredicho durante varias fases del campeonato. Una derrota en casa frente al Gandia (0-1), que suponía enlazar la cuarta jornada seguida sin ganar, precipitó el despido del técnico valenciano... pese a que el equipo estaba clasificado en cuarto lugar con 53 puntos y con solo cinco partidos para terminar la Liga regular. De hecho, el Alcoyano terminó clasificándose para la promoción de ascenso... y acabaría subiendo a la Liga Adelante tras 'cargarse' al Castilla, vengarse del Eibar y ascender en el Anxo Carro lucense. Pese a no acabar la temporada, el buen papel en el Alcoyano le valió a Paco López para debutar en la Liga Adelante con el FC Cartagena; etapa breve en el club departamental, donde fue destituido tras cuatro jornadas sin ganar.
No sería hasta una vez iniciada la temporada 2012-2013 que veríamos a Paco López de vuelta a los banquillos. Hubo que esperar a finales de octubre de 2012 cuando aún desde la grada el técnico de Silla debutaría dirigiendo al València Mestalla, que pocos días antes había despedido a Sergio Ventosa con el filial en penúltimo lugar tras una sola victoria en once jornadas. Fue un año ciertamente extraño, con el caso Orihuela mediatizando el desarrollo de la competición hasta el último día: el Valencia Mestalla tuvo que descansar en la última jornada de cada vuelta al tratarse de una Liga de 21 equipos y tuvo que certificar su salvación... sin jugar. En un año también raro en Paterna: pese al debut con derrota ante el Llagostera, el Mestalla enlazó ocho jornadas consecutivas sin perder para situarse decimosegundo y, más adelante, acumularía siete partidos invicto más para ascender hasta la octava posición, además, con una propuesta de fútbol atractiva. Sin embargo, un tramo final horroroso (cinco empates y cinco derrotas) estuvo a punto de convertir un teórico final plácido en un drama valencianista: la victoria épica del Constància en el campo del Mallorca B salvaba al Mestalla en un año de auténtica montaña rusa.
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